sábado, octubre 18, 2008

El placer de no ser Juan Carlos Rodríguez

A continuación publico mi respuesta al artículo del señor Juan Carlos Rodríguez publicado en la revista Soho (http://www.soho.com.co/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=2133#comentarios)


Señor Juan Carlos Rodríguez

Empecemos por decir que no soy objetivo, empecemos por decir que tal como usted es, soy totalmente subjetivo. Vi su columna y traté de identificar primero la sección: “Placeres” dice el encabezado. Está bien, placeres… Seguí leyendo, y por el tono (más no por el contenido), supuse que se trataba de uno de los artículos de la Soho como el del Odio a los costeños, o los paisas, diatriba contra el Pibe, contra los periodistas deportivos o contra el mundo y me imaginé que iba a tener algo de cómico. Debo confesarle que habiendo sido scout durante 10 años esperaba un poco más. Tenía expectativas, se lo juro, creí que podría llegar a reírme, o por lo menos a sentirme ligeramente identificado con algo, algo, lo que fuera de lo que usted escribió. Pero no.

De hecho, sí, si me sentí identificado con algo de lo que usted escribió: “Yo simplemente me siento aliviado de no tener que encarar miradas inquisitivas y risillas burlonas cuando hablo de mis pasatiempos.” Yo tampoco señor Juan Carlos, ni ninguno de mis compañeros scouts. Si usted ha escuchado risillas burlonas hablando del escultismo, entonces creo que definitivamente la pantaloneta, el sombrero y la pañoleta le quedan a usted muy bien. Entre otras cosas, porque ni como adulto ni como niño nunca use sombrero en los scout, y la pantaloneta me la ponía para jugar fútbol. ¡NO! No puede ser ¿los scouts también juegan fútbol? ¿Entonces a qué horas aprenden a hacer 100 clases de nudos? Es uno de esos misterios del universo que no le voy a revelar señor Juan Carlos. Pero se la voy a poner aún peor, le cuento que en el escultismo a lo sumo aprendí a hacer 10 nudos, básicamente los que podrían salvarle la vida a una persona (en una inundación por ejemplo, cosas que nunca pasan señor Juan Carlos, no se preocupe) ah, y que básicamente son los mismos que usan los escaladores y los alpinistas. A ellos también hay que escribirles una columna que diga “El placer de no ser escalador o alpinista”.

Jamás señor Juan Carlos, tuve que decirle a un levante que mañana tenía que levantarme a “adiestrar” a los nuevos integrantes de la manada en el arte de hacer nudos. Ellos ya vienen “adiestrados” de sus casas, aunque usted no lo crea, lo de manada es en sentido figurativo, en realidad son niños educados –no animales-, a quienes no hay necesidad de adiestrar, y mucho menos para hacer nudos. Pero volviendo al tema de los levantes, déjeme contarle una infidencia señor Juan Carlos, desde que me retiré de los scouts, cada vez que voy a acampar (y como todo el mundo sabe que fui scout) a que no se imagina quien es el que queda como un galán cuando el resto de tarados (no digo que se parezcan a usted señor Juan Carlos, para nada) no son capaces ni siquiera de armar una carpa Fisher Price ni de prender una fogata aún sacándole toda la gasolina al carro. Y eso que no le cuento la cantidad de mujeres hermosas y sobretodo inteligentes, verracas y buena onda que hay en los campamentos regionales y nacionales, y ni hablar de los mundiales. Es que desde la reja del Simón Bolívar no se alcanzaban a ver señor Juan Carlos, pero le aseguro que son muchas. Si lo hubieran dejado pasar, las hubiera visto.

Tampoco señor Juan Carlos, en mi experiencia como scout, pasé debajo de un alambre de púas, si esto era una exageración cómica, perdón, pero no le encuentro lo divertido ¿Le parecería gracioso ver a un niño de 10 años arrastrándose debajo de un alambre de púas? Si es así, creo que le tengo el trabajo perfecto: como recreacionista de la guerrilla o de los paras, a ellos son a los únicos que les da risa ese tipo de cosas.

Finalmente señor Juan Carlos, nunca madrugué un domingo para una reunión en los scout, las de mi grupo eran los sábados de 2 a 6 de la tarde, y en la mayoría de los casos al terminar, nos íbamos a alguna fiesta, dónde le aclaro no hacíamos nudos, ni discutíamos de nudos, ni adiestrábamos a nadie para hacer nudos (es importante aclararlo porque creo que usted tiene una aberración con los nudos). La única vez que madrugué un domingo fue para ir a ayudar en Corferias a clasificar, cargar y despachar la ayuda a los damnificados del terremoto del eje cafetero. Los que en ese momento eran mis compañeros mayores, los Rover (ninguno de ellos ni en pantaloneta, ni con sombrero, le recuerdo) salieron para las zonas afectadas como apoyo a la Cruz Roja y a la Defensa Civil en labores de recuperación de cuerpos y reubicación de familias ¿Sabe porqué señor Juan Carlos? Porque tenían cocimientos en adecuación de campamentos, en primeros auxilios y en técnicas de supervivencia (está bien, y para que no se sienta triste, también porque sabían hacer nudos) ¿Sabe usted que son los scouts uno de los grupos con mayor de influencia ambiental positiva en la niñez y la juventud? (¿Ha escuchado hablar del calentamiento global o eso también le parece una pendejada?) ¿Sabe usted que periódicamente los scout hacen jornadas sociales con indigentes? ¿Sabe usted que en Bogotá hay cada año un campamento para jóvenes de las zonas marginales, muchos de ellos expandilleros y exdrogadictos, quienes conviven por una semana con otros jóvenes (scouts), muchos de ellos estudiantes de los colegios más caros de Bogotá? ¿No le parece una lección de vida y de integración social, que digo yo, podría ser útil en un país como Colombia? Siempre listos para qué pregunta usted. Sí señor Juan Carlos, para hacer fogatas con palitos de helados. Siempre listos para pendejear, como usted dice. ¿Y usted nos pide que abramos los ojos?

No sé cómo llegó usted a escribir este artículo, probablemente lo llamó alguien de la revista Soho y le dijo: -Señor Juan Carlos, tiene usted que entregarnos el artículo de este mes mañana- Entonces usted habrá pensado, ¡ah mierda! Se me olvido el artículo. Y entonces habrá usted escrito en una servilleta algo que pensó sería chistoso. Cuando terminé de leer su artículo me sentí igual que cuando veo que en las películas gringas muestran a Bogotá como un caserío en la mitad de la selva con tres chozas y una pista de aterrizaje destapada. Pero bueno, como dice Efraim Medina, escribir es otra forma de cagar y masturbarse, y me imagino que después de botar su colección de revistas porno, no le quedó otra que escribir. Fíjese que los scout también podemos escribir, pero fresco, cuando esté aburrido, también le puedo enseñar a hacer nudos.

Cordialmente,
Samuel David García
Suscriptor de la revista Soho
Profesional en Finanzas y Comercio Exterior, Especialista en Gestión Financiera y Magister en Finanzas Corporativas (También somos buenos profesionales señor Juan Carlos). Ah, y por siempre, scout de corazón.

sábado, enero 19, 2008

Al fondo se escucha una canción de A perfect circle, Gravity, nunca la ha entendido claramente pero le gusta pensar que dice que todo estará bien, que cayendo de espaldas hacia ese vacío oscuro que significa la vida habrá un poder divino que lo sujetará y lo devolverá a la luz. Al frente, encima de aquella pequeña mesa de madera se encuentra servido un vaso de whisky, su olor viaja hasta lo más profundo de su alma, evocando hermosos y fríos paisajes ubicados en lugares tan lejanos como su cordura. Postrado en esa gran silla de cuero, con el torso hacia delante, los codos sobre las rodillas y la cabeza al piso, disfruta del silencio de su mente, en donde solamente retumban las tonadas que salen del equipo de sonido que le sugieren que todo va mejorar. Su racionalismo consciente le ha ayudado a mimetizarse, su inteligencia le ha permitido el éxito profesional y económico, y su carisma le ha permitido la supervivencia social. Desde aquél apartamento del último piso se ve una ciudad llena de luces, y de pronto piensa que hay tantas luces como historias, como personas, como sentimientos, cada una tan diferente a la anterior y a la siguiente. La falta de dinero, la pérdida de un ser querido, el secuestro de algún familiar, la drogadicción, el alcoholismo, la infidelidad, los vecinos, el perro, el desempleo, el empleo, la política, el fútbol…Pero cada cual debe lidiar con sus propios demonios. Como él debe lidiar con los suyos, levanta la cara, cierra sus ojos y toma hasta el fondo del vaso, sintiendo como el alcohol quema sus entrañas y le devuelve su tristeza. Una tenue luz le muestra un reflejo en el vidrio de la mesa, la imagen que se proyecta no es la suya, es la de otro, es la de un tipo poderoso y elegante, de un tipo arrogante y antipático, de un tipo egoísta, calculador e inalterable. Le gustaría ser ese tipo. Pero ahí están sus demonios, aparecen para recordarle que él nunca podría ser aquél personaje, que ese personaje es racional y sensato, y que el hombre que esta hoy sentado en esa silla siempre ha divagado por todos los rincones más secretos del alma y de la mente en una desesperada búsqueda de algo que aún no encuentra y que probablemente jamás vaya a encontrar. El reflejo que ve nunca duda, no vacila, no siente. A él, aún le quedan algunas cicatrices en sus muñecas que ya casi nadie percata, recuerdo de un intento fallido y cobarde de liberación practicado en la adolescencia. Aquél tipo que ve enfrente jamás habría experimentado tales cosas. Una explosión de ira surge desde sus entrañas, quisiera romper la mesa, tirarla; quisiera darle patadas a la silla, destruirla, volverla pedazos, quisiera volverse pedazos el mismo, y cuando se dispone a hacerlo, entonces aparece el tipo del reflejo, lo mira con esos ojos penetrantes, seguros, infranqueables y sin ninguna muestra de alteración lo devuelve a la silla. Es hora de dormir, mañana no hay tiempo para estupideces, mañana él deberá quedarse encerrado mientras el tipo del reflejo vive su vida. Guarda la esperanza de que mañana todo mejore, guarda la esperanza de que el reflejo sea el suyo y que pueda encontrar lo que nunca ha encontrado.

I am surrendering to the gravity and the unknown
Catch me, heal me,
Lift me back up to the sun
I choose to live...

APC.

miércoles, septiembre 05, 2007

1981 y el 11 de Septiembre

En 1981 no hubo mundial de fútbol, sin embargo el Liverpool le ganaba uno cero al Real Madrid en París para coronarse campeón de la Champion’s league, con lo que ganaba por tercera vez el título más importante de clubes de Europa. En 1981 también alcanzaron el título de sus respectivas ligas la Real Sociedad, El Aston Villa, la Juventus, el Saint Etienne, el Bayer Munich, El Boca, Los Pumas de la UNAM, el Gremio, el Colo Colo, el Peñarol y a mi pesar, el Atlético Nacional.

El 1981, AC/DC, Iron Maiden, The Cure, The Exploited, U2 y hasta los Tigres del Norte lanzaban sus nuevos discos al mercado. En 1981, Grecia entraba en la Unión Europea, Perú y Ecuador firmaron el alto al fuego, Chile promulga una Nueva Constitución Política de la República, se da la primera misión de un trasbordador espacial y se crea el canal de música MTV.

En 1981 nació Nelson Cuevas, Alicia Keys, Peter Crouch, Paris Hilton, Samuel Eto, Blas Pérez, Ana Kournikova, Fernando Alonso, Britney Spears, Javier Saviola y Amy Lee. En 1981 Murieron Bob Marley, Omar Torrijos y otros tantos.

26 años después me digo a mi mismo, ya venía yo mal desde que nací: el mismo año en el que nació Britney Spears y Paris Hilton, ¡las dos! En el mismo año, pero cómo, por favor, cómo se alinean los planetas para que semejantes engendros de belcebú nazcan el mismo año? Pero no todo puede ser malo; afortunadamente, y como un presagio de lo que iba a ser mi vida, el fútbol salvó a 1981, pudo haber sido mejor, como que hubiera nacido un Ronaldiho, un Messi, un Nedvel, un Totti, pero con Eto, Saviola y Crouch me conformo, aunque me entristece saber que en el año en que nací, Nacional quedará campeón. Así mismo, la música me dio una manito, aunque hubiera podido ser mejor…

En wikipedia hay registros del 11 de Septiembre desde el año 573 hasta el año 2007 en donde habrá eclipse de sol, pasando obviamente por el atentado de las torres gemelas del año 2001, hecho a partir del cual todo el mundo que conozco dice “yo conozco a alguien que cumple ese día”. El 11 de Septiembre de 1981, según la Internet, el museo de arte de Nueva York entrega a España el Guernica, el más célebre de los cuadros de Picasso, pintado en 1937. Supongo que en la barriguita de mi mamá, yo estaría diciendo: me importa un culo que el museo de arte moderno de no se donde mierdas hubiera cedido no se que culadas a los hps españoles. Y ahí, ahí mismo la cosa estaba definida. Yo sería un quejetas, un inconforme, un caraculo, un amarguetas y un buen pesimista, de los mejores debo decir. Ya en mis primeras fotos fruncía el ceño, ponía cara de bravo y me imagino pensando, a tomarle fotos en bola a su madre…

Pasaron los años y aprendí a pelear con el mundo, a renegar de mi país, de mi ciudad, de mi barrio, de mi edificio, de mi colegio, de mi universidad, de mi trabajo, un gran esfuerzo, porque conforme pasan los años hay que justificar más técnicamente el teorema de que todo es una mierda…pero se ha logrado afortunadamente. Han sido 26 años de pelear con el mundo y unos pocos menos de pelear hasta conmigo mismo. Pero para pelear se necesitan dos, o más, primero fue mi papá y mamá, luego mis hermanos, amigos, novias (hoy exnovias), compañeros del trabajo…

Hoy, 26 años después, solamente se me ocurre que Dios me quiere mucho, porque yo mismo ya me habría mandado a comer mierda, por cansón y por quejetas, pero contrario a todo lo esperado, 26 años después tengo 70 amigos en el facebook, 70 señores, y a todos los conozco, terminé mi universidad, hasta hice una especialización, tengo un trabajo decente, juego fútbol cada ocho días, sé más de rock que el 95% de la gente que conozco, hablo el inglés pero despacio (no mentiras) y aún en contra de los pronósticos más pesimistas aprendí a bailar. Hoy, por más que sigo jodiendo por todo, mi mamá me sigue queriendo, sigo chupando pola con mis amigos y me sigo riendo cuando alguien se cae, especialmente cuando Jorge se cae, pero esa es otra historia. Hoy sigo leyendo a Bukowski y escuchando Seether, Chevelle y A Perfect Circle, sigo viendo el mundo con igual escepticismo y sigo creyendo que todo es una mierda, excepto la gente que durante los últimos 26 años ha tratado de convencerme que no todo es una mierda, a ellos les debo que hoy pueda seguir peleando y quejándome, a ellos les debo que mi vida haya sido felizmente pesimista, y a ellos les debo mis años venideros. Por eso, hoy, que estoy más cerca de los treinta que de los veinte, y donde le empieza a uno a preocupar la barriga, debo decirles a todos y cada uno de ustedes que espero que sean muchos años más. A mi familia, Ricardo, Elliot (Mi perrita), Mi parche ají (Lucas, Fercho, Nico, George, Fede, Colugo, Gords, My Neger, Gus, Mesie), a mis amigos de la U, mis amigos del trabajo y todos con los que en algún momento de la vida me he encontrado, mil gracias por hacer de mi existencia algo mucho mejor de lo que esperaba que fuera. Pero sobretodo, gracias a Dios por aguantarme y por haberlos puesto en mi camino.

martes, febrero 20, 2007

Tengo, y no tengo ganas de escribir. Tengo ganas de decirle al mundo entero que todo es una mierda, pero eso ya lo ha dicho mucha gente en mil diferentes maneras en diez mil diferentes oportunidades. Quiero gritarle al mundo que estamos llevados del putas porque se nos olvido lo que es vivir, quiero que todas las presentadoras de farándula se callen, y de paso me las quiero también comer. Quiero que la plata deje de ser un dios y se convierta en lo que es, un medio, quiero salir de la cárcel en la que se convirtió el trabajo, y quiero empezar a disfrutar haciendo lo que me apasiona, que es lo mismo que trabajar pero sin horarios, jefes, ni transmilenios hasta las putas tetas a las siete de la mañana y a las siete de la noche, quiero no estar acá hoy, un domingo a las cinco de la tarde, escribiendo en un maldito computador, preocupándome porque mañana a las ocho de la mañana debo entregar un puto informe que se tiene que ir para Estados Unidos, quiero estar rascándome las pelotas de un lado para otro, viendo a steven seagal, a jackie chan o a van damme, quiero ir a cine con una mujer que valga la pena, que me entienda cuando llego mamado de trabajar doce hijueputas horas al día, que quiera a mi perra, que no me diga como vestirme y que me acompañe en las buenas y en las malas, quiero una mujer que no se empute cuando le digo que comprar ropa es el peor plan del mundo, que el futbol es más que 22 guevones corriendo en una cancha detrás de un balón, que ver a Ronaldiho es como comprarse toda la ropa del mundo, y mejor; que la cerveza engorda pero que es medicinal, quiero una mujer que use tenis adidas, que se ponga busitos de capucha, que le guste leer y que le guste la buena música, que me haga reír, que deteste a las presentadoras de farándula pero que este tan buena que cualquiera de ellas, que no meta, que respete mis convicciones y que me enseñe. Pero que mierdas, el reporte sigue teniendo que estar ahí a las 8 de mañana, y también me tendré que embutir como un salvaje en alguno de esos putos buses rojos, tampoco existe una mujer en el mundo que valore a Ronaldiho y que este buena, y que además sea inteligente…Tendré que cerrar este memorial de agravios, y volver a archivo y Word y Excel en inglés, y perderme la película que me he visto cincuentayunmil veces en el canal caracol. No voy a ir a cine, no voy a ser libre, y aunque alguna vez me importo, hoy el mundo me vale mierda.

martes, diciembre 26, 2006

Mis queridos y muy, pero muy limitados lectores. Hoy he vuelto a este lejano rincón del ciberespacio, en donde por culpa de algún irresponsable puedo de vez en cuando poner todas las guevonadas que se pasan por la cabeza, las cuales, debido a la modernidad y a la velocidad con la que pasa la vida son cada vez menos. Como dice Efraim Medina, escribir es otra forma de cagar y masturbarse, y como no tengo ganas de ninguna de las dos anteriores (o por lo menos no por ahora), pues que sean las letras las que fluyan.

En mi larga y prolongada búsqueda de novia me he dado cuenta de varias cosas que me han llevado a varias conclusiones:
  1. Las viejas buenas son sólo un mito, una ilusión creada por Soho y Bavaria.
  2. El apoyo de los amigos es incondicional, “tranquilo parce, es cuestión de paciencia y actitud”.
  3. Con la paciencia y con la actitud me limpio el culo.
  4. El único que no aparece bueno en las fotos del Hi5 es uno, las amigas de los amigos siempre están buenas. Ahora bien, ¿dónde, pero dónde catrehijueputas están esas amigas de los amigos que uno nunca en su perra vida ha conocido?
  5. En el hi5, siempre esta la exnovia en uno en los contactos de los amigos…obviamente se ve rebuena y esta con algún malparido (o en su defecto con la amiga modelo que nunca le presentó).
  6. La piscina es un sitio de hombres honorables que visitan a sus amigas las noches que se sienten solos.
  7. La universidad es un paraíso, por favor, pero por favor, nunca se cuadren en la universidad, tengan diez mil amigas, y nunca las dejen perder.
  8. El amor de la mamá es incondicional: “tranquilo mijo, eso llega cuando uno menos lo espera”. No he esperado un culo, y oh sorpresa, no ha llegado un culo (ni culo rico, ni culo caído, ni ni culo).
  9. El carro no sirve para levantar (mito urbano), sirve para endeudarse y para hacer mercado el sábado por la mañana.
  10. Después de los 25 y de un noviazgo largo, el hombre es el que sale perdiendo, empeloto y oxidado en el mercado del levante, sin amigas (la novia ya se las había espantado a todas) y llevado del marrano. Empezar de cero es lo mas perro que existe.

viernes, septiembre 15, 2006

De la soledad y otros amores...

Un cuento mio para compartir...

Hablar del amor es tedioso, aburrido y repetitivo. Hablar del amor es volver a escuchar las primeras canciones de cualquier artista y volver a leer cualquier poema de cualquier escritor. Hablar del amor es pensar en las situaciones más ridículas e inverosímiles del mundo. Por eso no les voy a hablar del amor. Les voy a hablar de la soledad, y eventualmente del amor…

Es sábado en la tarde, la luz del sol penetra por el minúsculo espacio que conforma la unión de las dos secciones de la cortina de mi habitación. Busco una oscuridad que me lleve al sueño, y busco un sueño que me lleve lejos, muy lejos. Trato de dormir, la televisión presenta un programa de fantasmas, exorcismos y demonios, me siento estúpido, pero se me ponen los pelos de punta. Eventualmente me quedo dormido, me arrullan los ruidos de la calle. Atrás de mis sueños trato de encontrar algo que me levante de la cama, pero solo hay una profunda y calmada oscuridad en la que me sumerjo hasta perderme. Abro los ojos, nada cambia, solo que el sol ya no entra por el orificio de las cortinas, y en la televisión promocionan rosas y planes románticos para el día de San Valentín. Que ridículo, siempre se me han pasado esa clase de cosas.

Quiero apagar el televisor pero como siempre se me perdió el hp control, por favor que alguien me diga si hay algo peor a eso. Es necesario levantarse (lo cual requiere un esfuerzo sobrehumano) levantar cobijas y almohadas, ahí esta el perro, debajo de una almohada. Apago la tele. El reloj del celular muestra que son las 6:30 pm. No quiero hacer nada, solamente seguir durmiendo pero mi cuerpo se niega. Encuentro el techo de mi cuarto divertido, la luz de la lámpara crea sombras que a su vez crean figuras que asemejo a conejos, duendes y espadas. Pensar, para qué pensar tanto. El mundo de afuera no piensa, el mundo de afuera solo pasa. Afuera todo es más sencillo, afuera solamente hay que hacer lo que los demás hacen, seguir los patrones que se han ido consolidando poco a poco y mimetizarse o mejor, alienarse. Acá adentro es mas difícil, acá se encuentra mi peor temor, mi ejecutor, mi asesino, acá adentro estoy yo. No importa, como sea es el último momento que me queda de intimidad. El único momento en el que no tengo que sonreír, llorar, hablar o hacer alguna mierda que no quiero. Es mi ceremonia de honestidad. Si la honestidad consiguiera novia tendría un harem, pero la honestidad no vende. La autenticidad esta mandada a recoger, esta pasada de moda, y a los pantalones descaderados les agrada más la autenticidad de los relojes, las camisas y las corbatas que del que las lleva. Pero que le vamos a hacer, así es como funciona, y así es como seguirá siendo.

Despecho. Ojala, por lo menos sabría que hay algo que me hace estremecer las entrañas. Pero la soledad es peor. La soledad nos mata, nos quita la vida y solamente queda un cuerpo lleno de alguna clase de inteligencia que es capaz de imitar lo que le enseñan afuera para poder subsistir vistiendo una camisa Hugo Boss, una corbata Hermes y un Omega. La soledad es un virus que esparce lentamente desde la tranquilidad hasta la locura, es un demonio que se propaga y se auto conserva: la soledad solo trae más soledad.

La soledad es celosa, no le gusta que nadie la perturbe. Por eso busca personas honestas, auténticas, porque sabe que afuera esas personas no caben, porque tarde que temprano deberán venir a buscarla, y ella, feliz, los recibirá en sus brazos. El techo de mi habitación ya no es tan divertido, y de tanto pensar se me ha ocurrido traicionarla, pero traicionarla implica traicionarme a mi mismo. Pero que le vamos a hacer, así son las cosas y así seguirán siendo. Son las 9:00pm, es hora de salir, mis amigos me esperan en algún bar de la ciudad, me pongo mis tenis, algo de agua en la cara y en el pelo, un poco de perfume. Adiós mi amiga, mi novia, mi amante, hoy he decidido traicionarte y traicionarme.

Es sábado en la tarde, la luz del sol penetra por el minúsculo espacio que conforma la unión de las dos secciones de la cortina de mi habitación. Un descaderado reposa en la silla al lado de mi cama. Ella duerme desnuda en mi cama, yo miro el techo y como después de toda traición, me siento mal.

jueves, junio 29, 2006

La felicidad esta limitada a la tranquilidad, la tranquilidad esta limitada a la satisfacción, la satisfacción ésta limitada a la conformidad, y la conformidad es subjetiva, es decir, lo que es suficiente para unos no lo es para otros. Para mi, aparentemente nada es suficiente. El mundo que me rodea es inmenso y lleno de oportunidades, sin embargo, tales privilegios están limitados por miles y miles de factores ajenos a lo humano. De esta manera, desde el país en el que nacimos hasta el lugar en donde trabajamos esta determinado por el azar, por la suerte y por la bondad de Dios, quien ha sido extremadamente generoso conmigo, sin embargo, por mi constante impaciencia la vida simplemente parece pasar sin pena ni gloria. A veces me gustaría haber vivido en el medioevo y haber podido ser un caballero, vivir intensamente y morir defendiendo mis convicciones.
La vida moderna simplemente nos supone retos de supervivencia: supervivencia física, social, emocional, cultural…Todo depende. En un país como Colombia, en donde el hecho haber terminado una carrera en una universidad privada supone riqueza, la supervivencia toma un papel aún más relevante. Vivir tranquilamente y con privilegios significa depender de los padres en el colegio y la universidad, luego conseguir un trabajo e ir escalando, tener dinero y establecer una familia para que el ciclo se repita. En ese camino nos encontramos con millones situaciones y personas que son las que realmente constituyen lo que llamamos vida. Pero que pasa cuando queremos más? Y qué significa querer más? En mi caso, amo mi profesión, y me lleno de orgullo de poder desempeñarme en ella, pero el mundo que la rodea es un mundo lleno de superficialidad y apariencia. Creo que las cosas van más allá de una carrera u otra, creo que el problema lo constituye la monotonía. En las mañanas me levanto, me baño, me visto, voy al trabajo, trabajo y luego de vuelta a dormir. Repitamos la rutina 240 días laborales, y a los fines de semana démosles el beneficio de la duda. Ahora bien, lo preocupante no es lo pasado sino lo futuro, y en el futuro solo se vislumbran otros 240 días de los mismo, bien con un mayor o menor sueldo, bien con nuevos o viejos compañeros de oficina, bien solo con novia o esposa… a futuro parece ser lo mismo. Surge de nuevo en mi el sentimiento de culpa, volvemos al hecho que estar trabajando como profesional en un país como este se constituye casi en ganarse la lotería, y yo quejándome de mi buena fortuna…Sin embargo, me sigo sintiendo igual. No pretendo en ningún momento ser desagradecido con la vida, por el contrario, todos los días agradezco a Dios las diez mil posibilidades que me ha brindado, solamente que me parece que hay tantas cosas que ver, tantas cosas que hacer, tantas personas que conocer, que permanecer 10 o más horas frente a un computador durante el resto de mi vida productiva me parece un poco aterrador.
Alguna vez leí una frase que decía que la felicidad no es una estación a la que se llega sino una manera de viajar, han sido unas de las palabras que más han tenido sentido durante toda mi vida. Buscando una respuesta a mis cuestionamientos, me pregunto si entonces debo montar un bar en una playa, o irme como voluntario de las naciones unidas a algún país de África, o dedicarme a pedir limosna y viajar por el mundo. No, probablemente esa no es la respuesta. Amo lo que hago, muchas veces quisiera que pudiera hacer mi trabajo sin problemas, sin tener que estresarme, ni trasnochar, ni utilizar mis fines de semana, sin madrear a mi jefe y sin madrearme a mi mismo. Pero afortunada o desafortunadamente no funciona así. En una caricatura de mafalda encontré quizá uno de los cuestionamientos más sabios que he podido leer: mafalda esta al lado de miguelito y le dice: “sí, trabajar para ganarse la vida… pero por qué esa vida que uno se gana la tiene que desperdiciar trabajando?”. Probablemente mi presidente (del país y de la oficina) se disgustaría conmigo, por perezoso, porque en teoría uno debe trabajar hasta cuando caga, trabajar, trabajar y trabajar…pero para que mierdas trabajar tanto? El presidente de la República trabaja por sus ciudadanos, el Presidente de la Empresa trabaja por su propio bienestar, y yo? Por mi bienestar y por bienestar de las personas que amo (Afortunadamente todavía no me ha tocado trabajar por necesidad). El problema es cuando el tiempo para nuestro bienestar se reduce tanto que se convierte en más trabajo, y por mas que uno ame lo que hace se termina cansando y es entonces cuando lo que uno quería se vuelve detestado. Aún peor cuando el bienestar es únicamente sobrevivir. Sobrevivir físicamente, es decir, tener que comer y donde vivir; sobrevivir socialmente, es decir, tener esta o aquella marca en la camisa o la corbata para ser aceptado; sobrevivir emocionalmente, es decir tener con quien compartir nuestra vida. Y esto es lo que me parece mas deprimente y patético, vivir para sobrevivir, porque somos hijos de Dios creados a su imagen y semejanza, el hombre es un ser perfecto con ilimitadas posibilidades y cuando únicamente sobrevive, pierde su esencia. Una máquina debe tener un fuente de energía (Supervivencia física), debe ser vigente (supervivencia social) y debe tener varios programas (Supervivencia emocional). Entonces, cuando nos limitamos a sobrevivir, el hombre se convierte en una puta máquina, en un ser inanimado que solo ve pasar el tiempo y que se dedica a hacer lo que se la programado. La rutina, la monotonía y la necesidad nos obligan a sobrevivir. El qué hacer va un más allá de mis pensamientos en este momento, sin embargo, las personas que están en mi camino y quienes de alguna manera me han apoyado o querido, son los que me recuerdan todos los días que aún estoy vivo…